Dibujar “ayuda a concentrarse", estimula nuestro cerebro y nos ayuda a mejorar nuestra memoria y nuestra capacidad de introspección, al combinar nuestros procesos cognitivos y motores.
A todos los humanos nos gusta dibujar Y es algo que podemos hacer todos. Tal y como escriben en Scientific American: “Dibujar es simplemente hacer líneas y puntos en el papel. Si sabes escribir tu nombre, puedes dibujar”. Es más, comenzamos a dibujar antes de saber leer y escribir. Para los niños, el dibujo “es una forma de aprender sobre el mundo en el que viven y acerca de su lugar en él”.
¿Y por qué dejamos de hacerlo?
“Dejamos de divertirnos”, resume el ilustrador John Hendrix en The Atlantic. De niños disfrutamos del dibujo sin preocuparnos por nada más, pero llega un momento en el que tenemos que aprender “cómo mostrar la luz, el espacio, la composición, la forma, la línea. Después de eso, tenemos que entrenarnos para jugar otra vez”. En su opinión, disfrutar es un primer paso esencial antes de encontrar nuevas ideas.
Nunca dejes de garabatear
Los esbozos, dibujos rápidos, diagramas improvisados y demás son “un ejercicio en pensamiento libre, sin limitaciones. A menudo representan una forma de soñar despierto de forma gráfica que es beneficiosa para el proceso creativo del mismo modo que la preparación de un atleta ha de preceder a sus resultados”. Estos dibujos rápidos también “incrementan la destreza manual y refuerzan la conexión entre tus actividades motoras y tu sistema visual”.
Fuente: Drawing: The Art-Science Connection.
The Atlantic
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